Resistencia en Filipinas

Tras la invasion japonesa de Filipinas, los españoles residentes organizaron  una resistencia que informaba a los norteamericanos de los movimientos del ejército japonés.

Algunos, como María Zaracondegui, hacían de transporte en bicicleta, llevando salitre para la construcción de bombas. Junto a Augusto de Nóbregas, destacar a Higinio Uriarte, que desechando una vida acomodada, paso a ser miembro de la guerrilla, y acabo siendo el enlace entre la resistencia y el cuartel general de MacCarthur.

Otro español vinculado al controvertido General McCarthur fue, Andrés Soriano y Roxas, el fundador de la compañía de Cervezas San Miguel, con la invasion japonesa abandonó Filipinas, y formó parte del ejército americano como oficial de artillería. Obtuvo la Estrella de plata dos veces y fue miembro del Estado Mayor de McCarthur.

Roman Aruza, en el ejercito americano.

En 1944, con los aliados ya cerca de alzarse con la victoria, el siguiente paso era la conquista de Filipinas, que cortaría a los japoneses el envío de petróleo de Malaca y Sumatra. Tras el desembarco, llegaron a Manila, donde se inició la mayor masacre de todo el frente pacífico. Allí se encontraban 1.700 españoles. Con la ciudad a punto de ser conquistada, los oficiales japoneses ordenaron sacar a cientos de civiles españoles y filipinos para ametrallarlos a sangre fría. Las mayores matanzas fueron en el barrio de Intramuros, donde se intentaron ocultar de en los edificios religiosos. Pero entonces los japoneses prendieron fuego a los edificios con los ocupantes dentro y también lanzaron granadas dentro, para disparar al que saliera a fuera. A otros se les enterró vivos o se les asesinaba sin más. Hubo un caso de una niña de 5 años, Ana María Aguilella, que sobrevivió a 16 bayonetazos. Un informe cifró en 12.700 los civiles masacrados.

Con la masacre de Manila la prensa franquista cambió drásticamente de opinión, hablando de "vesania nipona". Ningún aliado podía hacer algo semejante a ciudadanos españoles. Ahora se les trataba como enemigos acérrimos. Fue ahí cuando se planteó la declaración de guerra a Japón. No había riesgo, ya que la guerra estaba prácticamente acabada, y sería un buen método para quedar bien con los aliados tras la ayuda prestada al Eje. Aunque la idea fue finalmente deshecha, el ministro de Asuntos Exteriores, José Félix de Lequerica, entregó al ministro plenipotenciario nipón en Madrid, Yakishiro Suma, una notificación de la ruptura entre ambos países.

Curiosidades

- Entre las anécdotas más curiosas relativas a la segunda guerra mundial en filipinas vio su fin en marzo de 1974, 29 años después del fin oficial de la Segunda Guerra Mundial. Hiroo Onoda, un ex-oficial de inteligencia del ejército japonés, sale de la selva de la isla de Lubang, en Filipinas, donde fue liberado finalmente de su deber. Le entregó su espada (que colgaba de su cadera en la foto), con el rifle, municiones y varias granadas de mano.

Onoda había sido enviado a la isla de Lubang en diciembre de 1944 para unirse a un grupo de soldados japoneses y obstaculizan cualquier ataque del enemigo. Las fuerzas aliadas alcanzaron la isla tan sólo unos meses más tarde, capturando o matando a todos menos Onoda y tres soldados japoneses. Los cuatro corrieron a las colinas y comenzó una insurgencia de décadas de duración que se extiende mucho más allá del final de la guerra.

Varias veces se les notificó mediante panfltos que la guerra había terminado, pero se negaron a creerlo.

En 1950, uno de los soldados se entregó a las autoridades filipinas. En 1972, los otros compatriotas murieron durante las actividades de la guerrilla, dejando a Onoda solo.

En 1974, Onoda se conocio a un universitario japonés, Norio Suzuki, que estaba viajando por el mundo, y a través de su amistad, el ex comandante en jefe de Onoda fue localizado en Japon y organizaron su vuelo a la isla de Lubang para liberar  formalmente a Onoda de su deber como soldado, y llevarlo a Japón. Con los años, el pequeño grupo había matado a unos 30 filipinos en diversos ataques, pero Onoda terminó yendo libre, después de haber recibido el indulto del presidente Ferdinand Marcos.

Andres Soriano y Roxas

(8/2/1898, Filipinas, 30/12/1964 Boston, EE.UU.)

 

La fortuna y el poder de Andres Soriano y Roxas está ligada a la empresa San Miguel.

En 1885 la orden de Agustinos Recoletos inició la producción de cerveza en su convento de Cebú, entonces barrio de San Miguel, a las afueras de Manila. La finalidad de aquella primera cerveza era medicinal.  En 1889, en Filipinas (que era colonia española hasta que en 1898 pasó a ser un Estado asociado de EE.UU.) un conocido hombre de negocios de Manila, don Enrique de Ycaza solicitó una concesión real de España a elaborar cerveza en Filipinas. Se le concedió durante un período de veinte años el 29 de septiembre (el día de la Fiesta de San Miguel Arcángel).

Al año siguiente, La Fabrica de Cerveza de San Miguel empezó a producir y absorbe la producción del monasterio. situado en el numero 6 de la calle Malacañang (más tarde llamado Avilés), la cervecería tomó su nombre de la zona a la que pertenecía, San Miguel.

La instalación tenía dos secciones: una dedicada a la producción de hielo con una capacidad diaria de 5 toneladas, y la otra para la producción de cerveza.

La cervecería fue el primero en el Sudeste Asiático con los más modernos equipos e instalaciones de la época. Con 70 empleados, la planta produce 3.600 hectolitros (unos 47.000 casos) de cerveza lager durante el primer año y posteriormente se produjeron otros tipos de cerveza, especialmente Cerveza Negra, Stout y Bock extra Águila Doble.

La década de 1900 marcó el comienzo de un período de prosperidad post-colonial. La demanda de cerveza aumentó. Para San Miguel, bajo la dirección de Don Pedro Roxas, modernización incluyó la instalación de transportadores eléctricos y máquinas automáticas.Gran parte del equipo de la cervecería fue modernizado en 1910.

En 1913, la cerveza importada representó sólo el 12% del consumo total en Filipinas, San Miguel tenía una participación del 88% de la industria.

En 1914, San Miguel se había diversificado en el negocio de exportación y sus productos han encontrado mercados listos en los puertos vecinos como Hong Kong, Shanghai y Guam. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, las exportaciones de vino a un alto temporal a causa de las dificultades provocadas por la guerra, como la escasez de materias primas y el consiguiente aumento de los costes de fabricación. No fue sino hasta la prohibición fue derogada en los Estados Unidos de que San Miguel fue capaz de reanudar la exportación de Guam y más tarde a Honolulu.

Andrés Soriano y Roxas entró como empleado en el departamento de contabilidad en 1926. En 1931 fue elegido presidente de la corporación.

Gozó de gran influencia política tanto con Estados Unidos (ocupantes de las islas desde 1898) como dentro de la comunidad española en Filipinas, de la que actuó como representante y contó con contactos tan importantes como el rey Alfonso XIII y más tarde el general Franco. Durante la Guerra Civil formó parte de la Falange en Filipinas y fue cónsul de España.Sin embargo, el acercamiento al Eje por parte del régimen de Franco, conllevó el abandono de Soriano de sus simpatías por el franquismo. Renunció a su nacionalidad española y  al ser invadida Filipinas por los japoneses se alistó en el ejército norteamericano, llegando al grado de Coronel.

San Miguel fue la primera empresa filipina a ser de propiedad de miles de accionistas. Para mantener el control, los Sorianos dependían de sus alianzas con los familiares, al igual que sus primos los Ayala y asociados. A partir de aqui generó su importante fortuna convirtiendole en uno d elos hombre mas poderosos y ricos de Filipinis cuya influencia le hizo ostentar el cargo de coronel en el ejercito americano, en el cuartel general de Macarthur con el que tenia una estrecha amistad desde antes de la guerra que se prolongó mucho después siendo socios en algunos negocios. 

Durante la ocupación japonesa, en el gobierno del exilio del presidente Manuel L.Quezón, ostentó diversos cargos:

  • Secretario sin cartera:                                        2/III/1942    /  26/III/1942
  • Tesorero de Filipinas:                                         19/II/1942   /   26/III/1942
  • Secretario de Hacienda, Agricultura y Comercio:   26/III/1942 /   31//VII/1944