División Azul
Franco envió una oferta oficial de ayuda a Berlín. Hitler aprobó el uso de los reclutas españoles el 24 de junio de 1941.
El reclutamiento se detuvo cuando se alcanzaron efectivos suficientes para formar una división (unos 18.000 hombres), cuyos elementos serían jefes y oficiales voluntarios provenientes del ejército regular, reclutados en las jefaturas provinciales de toda España, estudiantes universitarios pertenecientes al Sindicato Español Universitario (SEU), obreros y voluntarios en general deseosos de luchar contra el comunismo. Incluso altos cargos gubernamentales se alistaron como simples soldados. Pero aclara que no se posiciona en la Guerra.
La participación española se configura como una defensa frente al comunismo, en respuesta a lo que sucedió en la guerra civil en España, y en defensa de la Civilización Cristiana amenazada por esta ideología.
Serrano Súñer, ministro de Asuntos Exteriores, se dirige a la multitud enfervorizada. Se abren, a partir de entonces, banderines de enganche en toda España para reclutar a los voluntarios. Jóvenes de toda condición social y oficio acuden masivamente al llamamiento. El número de los que se presentaban era 40 veces superior al requerido para formar la División. Estudiantes, catedráticos, obreros, campesinos, altos cargos del Estado y la Falange, militares, muchos de los cuales, al no tener plaza de oficial, se alistan como soldados rasos.
Todos ellos forman parte de la División Azul. El nombre de “azul” se debe al color de la camisa que vistieron, ya que la mayoría de ellos eran miembros de la Falange. El uniforme lo completaba chaqueta marrón, pantalón verde oscuro y la boina roja.
Al frente de la División se nombró al General Agustín Muñoz Grandes. Era uno de los más destacados militares españoles. Tenía 9 heridas en combate. Héroe de las guerras de Marruecos y de la Cruzada, afín a los ideales sociales falangistas y famoso por su capacidad de dirección en el combate y por su campechanía y cuidado paternal de sus soldados en el frente.
Muñoz Grandes era la persona idónea para esta empresa ya que fue asesor táctico del almirante alemán Wilhelm Canaris, jefe de los servicios secretos de la Abwehr.
Concluido el reclutamiento, el 13 de julio de 1941 partían desde la estación del Norte de Madrid las primeras unidades, despedidas por sus familiares y multitud de gente, brazo en alto, acompañados por los acordes del "Cara al Sol" (himno de la falange). Su destino final era el campamento de Grafenwörh, al este de Alemania, donde se transformaron en la 250 División de Infantería de la Wehrmacht (250 División del ejército).
En la fase de reclutamiento aun en España, fallece Juan Navarro de Haro, siendo la primera baja de este contingente sin haber partido para Rusia.
Los oficiales eran militares de carrera falangistas veteranos de la Guerra Civil, en tanto que las clases y tropa se integraban por agricultores, obreros y estudiantes de las distintas universidades. El general Agustín Muñoz Grandes fue designado para conducir a los voluntarios durante su primer año. Posteriormente le sustituyó Emilio Esteban Infantes. Los integrantes de la División Azul partieron de España con los uniformes de sus unidades de origen, del Ejército de Tierra o de las milicias de la FET y de las JONS.
Al llegar a Alemania y recibir el uniforme de la Wehrmacht, los falangistas se negaron a dejar la camisa azul, que llevaban en sustitución de la reglamentaria, por lo que la división se empezó a conocer como "División Azul".
Uno de los personajes más interesantes de la División Azul fue José Miguel Guitarte, Consejero Nacional y IV Jefe Nacional del Sindicato Español Universitario en el momento del alistamiento en la División Azul en julio de 1941. Otros dirigentes del SEU que combatieron junto a Guitarte, fueron el Secretario General del SEU, Jesús Gutierrez del Castillo, el Secretario General del Servicio Profesional, José María Moro y Martín-Montalbo y el Secretario General del Servicio Exterior, José Hernández Cuevas. El 13 de julio de 1941 salió de Madrid el primer tren de españoles rumbo a Alemania.
Tras cinco semanas de instrucción en el campamento de Grafenwöhr (Baviera al este de Alemania, próximo a la frontera con Polonia) el grupo formado por estos se transformaría en la 250 División de Infantería del ejército alemán, integrada inicialmente por tres regimientos de infantería y uno de artillería, con los numerales 262, 263, 269 y 250 respectivamente, más unidades divisionarias de Anticarros, Exploración, Comunicaciones, Zapadores y Cuartel General.
El 20 de agosto, tras prestar juramento de lealtad a Hitler (el cual se modificó especialmente para mencionar la lucha contra el comunismo), la División Azul fue enviada al Frente Ruso. Fue transportada en tren a Suwalki, Polonia, desde donde tuvo que continuar a pie. Después de avanzar hasta Smolensk, se desplegó en el sitio de Leningrado, donde pasó a integrarse en el XXXVIII Cuerpo de Ejército alemán, que formaba parte del XVI Ejército.
El Orden de Batalla cuando la División Azul salió hacia Rusia desde el campamento de entrenamiento de Grafenwohr, era el siguiente:
- Estado Mayor Divisional. 189 hombres. (KDO.JNF.DIV.250)
- 262 Regimiento de Infantería. 3.012 hombres.
- 263 Regimiento de Infantería. 3.012 hombres.
- 268 Regimiento de Infantería. 3.012 hombres.
- Grupos antitanque. 574 hombres.
- 250 Regimiento de Artillería. 2.793 hombres.
- 250 Batallón de Reserva. 601 hombres.
- Grupo de cañones. 531 hombres.
- Grupo de señales. 511 hombres.
- Zapadores. 712 hombres.
- Servicio de Transportes. 1.034 hombres.
- Servicios administrativos. 257 hombres.
- Servicio médico. 518 hombres.
- Servicio veterinario. 237 hombres.
- Policía militar. 33 hombres.
- Correos militares. 18 hombres.
REGIMIENTO DE INFANTERÍA 262 3.012 hombres
Plana Mayor (STB.JR.262) 13ª Compañía de Apoyo Artillero (J.G.KP.262) 14ª Compañía de Antitanques (JNF.Pz.Jg.KP.262) 15ª Compañía de Plana Mayor (STBS.KP.JR.262)
REGIMIENTO DE INFANTERÍA 263 3.012 hombres
REGIMIENTO DE INFANTERÍA 269 3.012 hombres |
Plana Mayor I Batallón (STB.I./J.R.262) |
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JEFATURA DE TRANSPORTES 1.034 hombres
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ABASTECIMIENTOS |
SANIDAD MILITAR 518 hombres |
REGIMIENTO DE ARTILLERIA 250 2.793 hombres Plana Mayor Regimiento (STB. A.R.250) 1º GRUPO 2º GRUPO 3º GRUPO 4º GRUPO (105 mm.) (105 mm.) (105 mm.) (150 mm.) 1ªBatería. (1/A.R.250) (4/A.R.250) (7/A.R.250) (10/A.R.250) VETERINARIA 237 hombres Jefatura (STB.VET.KP.250) |
La moral de los españoles era alta, a pesar de los cambios en todos los sentidos y del escaso rancho alemán. Hubo encendidas protestas por este motivo de algunos divisionarios y Muñoz Grandes solicitó un envío de comida desde España para que sus hombres pudieran saborear comida española dos o tres veces por semana. El General quería a sus hombres en el frente cuanto antes y, contrariamente a lo previsto por los alemanes (que la habían previsto de tres meses) organizó una rápida e intensísima instrucción que duró un mes.
Después de esta instrucción todos los divisionarios prestaron juramento de fidelidad a Hitler, como siempre, brazo en alto. Los voluntarios españoles demostraban una capacidad de aprendizaje y manejo de las armas que desconcertaba a los alemanes. También les desconcertaba la alegría propia española y ésto, unido al poco tiempo (según ellos) de instrucción provocaba en los mandos germanos la duda de la capacidad combativa de los divisionarios.
Se notaba la falta de disciplina en la División, pero la compensaron con creces en el frente con su asombroso valor y capacidad de heroísmo y sacrificio, durante toda su estancia en la estepa rusa. Fueron llevados en tren hasta una localidad polaca y desde allí irían a pie hasta el frente. Recorrían una media de unos 40 km diarios, a pesar de lo cual, los españoles no perdieron el sentido del humor. Era fácil localizarlos en medio del paisaje. Cada Unidad de Infantería estaba encabezada por un abanderado. Cada pieza de artillería lucía una medalla de la Virgen del Pilar, de Covadonga o de la Paloma, y el yugo y las flechas adornaban muchos camiones.
La División Azul había sido agregada al 16 Ejército del Grupo de ejércitos del Norte. Su destino sería el cerco sobre la ciudad de Leningrado. El 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad y de la División Azul, los españoles ocupan su puesto en el frente. Empieza la batalla del Volchov. La temperatura empezó a caer hasta los 5 grados bajo cero.
El cuartel general divisionario quedó instalado en la ciudad de Grigorovo. La División estaba desplegada a lo largo de un frente de 60 km. Los españoles tenían la misión de romper las líneas enemigas. Empezaron los combates, y con ellos los primeros caídos. Uno de los primeros fue el cabo Javier García Noblejas, camisa vieja de la Falange.
Los españoles iniciaron el cruce del río en sus botes de goma. La batalla fue larga y muy dura. Los españoles lucharon con su valentía característica, encontrándose con, además de la dureza de los ataques rusos, problemas climatológicos como el frío, que a veces llegaba a congelar las ametralladoras, y el lodo (la famosa rasputitsa). Los españoles conquistaron algún pueblo y los rusos contestaban. En un tira y afloja por ambas partes, en la que cayeron muchos españoles, soldados y oficiales.
Los alemanes quedaron impresionados por el heroísmo y la capacidad de sacrificio de la infantería española. En el combate y no en la retaguardia del campamento es donde se demuestran las cualidades de todo buen militar.
La División fue encargada de reemplazar al grueso de un regimiento alemán en las aldeas de Otenskii, Poselok y Posad. Camino de sus nuevas posiciones los guripas descubrían los cadáveres congelados de sus camaradas. La lucha se hacía cada vez más dura. Las condiciones en que tenían que combatir los españoles eran tremendamente complicadas y los ataques rusos, tremendos. Las bajas nacionales eran tremendas, unidas a los casos de congelación y diarrea por las raciones en mal estado.
Algunos altos mandos alemanes sugirieron la retirada de la División e incluso su salida del frente. Muñoz Grandes se negó en redondo y había ordenado a sus hombres defender Posad “como si fuera España” . Pero al final, el general español consideró la posibilidad de la retirada, ya que la resistencia, dada la tremenda desproporción de fuerzas, era imposible. Él asumía toda la responsabilidad de esta retirada, ya que no consultó a un alto mando alemán. Los españoles ya habían pagado un precio muy alto.
En el mes de septiembre de 1941, Muñoz Grandes mantuvo una entrevista con Hitler en el cuartel general de Rastenburg, también conocido como «Guarida del lobo». El primer dirigente nazi, después del desinterés mostrado por Franco de implicarse en la guerra de y la impotencia de Ramón Serrano Súñer, pensaba que Muñoz Grandes se sumaría a su causa.
En la Navidad de 1941 cada oficial español había recibido un botella de champán francés, regalo de Hitler. Los españoles se arrodillaban ante su capellán para celebrar el Nacimiento de Jesús. Los villancicos y las plegarias inundaban las castigadas líneas defendidas por los españoles. Pero la guerra seguía. Los españoles se replegaron a la llamada Posición Intermedia, pero ésta quedó atrapada en medio del fuego ruso. A pesar de esto los rusos cayeron derrotados.
El 4 de enero de 1942, Hitler le dijo a un oficial alemán:
“los españoles son una pandilla de golfos... pero nunca han cedido un centímetro de terreno. Uno no puede imaginar individuos más valientes. Difícilmente se resguardan. Se burlan de la muerte. En cualquier caso sé que nuestros hombres siempre se alegran de tener a los españoles de vecinos en su sector”.
Todo lo anterior le valió a Muñoz Grandes la concesión por parte de Hitler de la Cruz de Hierro de Primera Clase.Y mas tarde fue condecorado por Hitler con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con hojas de roble.
A pesar de las tremendas bajas sufridas por la División, ésta fue designada para socorrer a una unidad alemana cercada en una aldea. Había que enfrentarse a temperaturas de 52 grados bajo cero. Entraba en acción la Compañía de Esquiadores, que después de duros enfrentamientos y condiciones climatológicas extremas, consiguió conservar la aldea. De los 200 esquiadores, al final quedaron 12. Los alemanes concedieron 32 Cruces de Hierro. Franco envió un mensaje especial, concediendo al capitán de los esquiadores la Medalla Militar Individual y a la Compañía la Medalla Militar Colectiva.
Ante esta derrota, los rusos volvieron a intentar de nuevo liberar Leningrado de toda amenaza alemana. El éxito inicial de esta ofensiva soviética se tornó en derrota cuando los soviéticos perdieron sus líneas de abastecimiento. 13.000 rusos quedaron cercados en Leningrado por los alemanes. Acababa aquí la liquidación de la llamada “bolsa del Volchov”.
La División Azul se preparaba para celebrar la Semana Santa. A pesar de la aviación y artillería soviéticas, las ceremonias del Jueves y Viernes Santo se desarrollaron con normalidad.
Los primeros combatientes que tuvieron la fortuna de ser relevados volvieron a España en 1942, fueron recibidos como héroes. Pero con el cambio de rumbo de la guerra y la cada vez más previsible derrota de Alemania, Franco supo que la supervivencia de su régimen pasaba por alejarse de Hitler y convencer a los aliados de que su neutralidad era completa. La División Azul fue entonces disuelta y el recibimiento de los últimos en regresar se hizo ya con sordina. En mayo de 1942 empiezan a llegar Batallones para cubrir las bajas y relevar, poco a poco, a los hombres de la División.
En España pequeños grupos de excombatientes peregrinan a Zaragoza desde todos los puntos de la nación para rendir homenaje a la Virgen del Pilar. Ella les había devuelto a la Patria salvos y ellos querían ofrendarle sus medallas.
El General Emilio Esteban Infantes sustituyó al General Agustín Muñoz Grandes el 12 de diciembre de 1942. Su llegada al frente ruso fue desafortunada y tensa. Muñoz Grandes era más que un general, era un ídolo entre sus hombres y sustituirlo no era nada fácil.
Cuando el General Agustín Muñoz Grandes regresa a España en 1943, le ascienden a teniente general y le nombran jefe de la Casa Militar de Franco. No obstante, con el mentado ascenso, Muñoz Grandes dejaba de tener mando sobre tropas, motivo por el cual dicho ascenso ha sido interpretado como una maniobra de Franco para anular a un enemigo potencial, identificado con la causa de la Alemania nazi.
Los jefes alemanes eran reacios a la presencia de Esteban Infantes. Los informes germanos lo calificaban de anglófilo. Tuvo que soportar algunos meses de ostracismo desempeñando misiones secundarias que le sirvieron para familiarizarse con el frente y la tropa. No era el general de empuje que se necesitaba en 1941. La guerra en 1943 se adaptó a sus circunstancias y demostró su valía en la defensa de Krasny Bor.
Esteban Infantes fue condecorado por Hitler con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro, siendo uno de los 43 extranjeros que recibieron esa condecoración durante la Segunda Guerra Mundial. También recibió la Cruz Alemana y la Cruz de Caballero.
En agosto de 1942 la División es escogida como Unidad de Asalto para participar en la operación “Luz del Norte”, el asalto definitivo a Leningrado y los españoles abandonan la tierra que con tanto dolor habían conservado. En el camino hacia su nuevo destino en el frente, van alegres.
En el nuevo frente los españoles se preparan para la operación, pero los rusos se anticipan y lanzan una sorprendente e importante ofensiva al sur del lago Ladoga. En el frente alemán se abre una brecha de 8 km y la División Azul tuvo que adoptar posiciones defensivas teniendo que relevar a los alemanes que actúan en el frente de Leningrado, volviendo de nuevo a la guerra de trincheras.
La batalla del Sur del lago Ladoga iniciada el 27 de agosto se prolongó hasta el 2 de octubre en que se acabó rompiendo el frente ruso, pero con cuantiosas bajas, con lo cual se suspendió la operación "Luz del Norte". Los rusos, sin embargo seguían en sus trece y en enero de 1943 lanzaron un terrible ataque, rompiendo las líneas alemanas y de nuevo los españoles, a socorrerlos. Consiguieron frenar el ataque, pero perdieron casi todos sus efectivos.
Esta última batalla fue dirigida por el general Emilio Esteban Infantes, que un mes anterior había sustituido a Muñoz Grandes, por cuestiones tácticas y diplomáticas. A éste último le fue concedida por la Falange la Palma de Plata, máxima condecoración falangista.La ruptura de las líneas alemanas en enero de 1943 había permitido, a pesar de no conseguir avanzar, abrir un pasillo en tierra firme a los rusos por el que acudirían las fuerzas que se irían concentrando en Kolpino.
El 10 de febrero de 1943 se desencadena un ataque ruso aplastante en el que fallecen 1.125 españoles. En la tarde del 11 de febrero de 1943, los pesados tanques soviéticos avanzan contra las líneas españolas. El capitán Urbano ordena a sus hombres que permanezcan a cubierto. El oficial legionario corre contra los blindados, asciende a la torreta de un tanque y coloca una mina magnética accionando el tirafrictor y salta. A pesar de estar herido, se enfrenta contra otro tanque e introduce una granada por una escotilla. Los soviéticos se retirany el capitán es hospitalizado. Se reincorpora al frente.
Desde el 10 de febrero de 1943 los rusos desencadenan un brutal ataque con medios desorbitados sobre las fuerzas españolas que defendían la ciudad de Krasni Bor.
Los españoles aguantaron como pudieron, hasta que repentinamente los rusos suspendieron el bombardeo. Los españoles entonces pusieron en marcha la táctica de las trincheras. Esperar a que el enemigo llegue y una vez ahí sorprenderle. Los rusos se lanzaron al ataque confiados en que las líneas españolas habían sido destruidas. Los españoles eran inferiores en número y en cantidad y potencia de armamento y acabaron luchando con la bayoneta. Pidieron refuerzos a los alemanes pero no llegaron.
Ataques rusos y resistencias españolas se sucedían mientras la ciudad ardía y miles de muertos yacían por todas partes. Los ataques rusos iban perdiendo intensidad y en vez de seguir avanzando se detenían por la ciudad a saquear y a emborracharse. El ataque ruso había conseguido sus objetivos iniciales pero después se había atascado. Los españoles habían combatido con fiereza animados también por el ejemplo de sus oficiales. Esto, unido a los errores rusos hizo ganar tiempo al Dieciocho ejército alemán que pudo enviar refuerzos para taponar la brecha. El precio había sido terriblemente alto. Los españoles sufrieron en esas horas 2.200 bajas, el 53 % de los que habían iniciado la terrible batalla. A parte, estaban los heridos y los que habían sido cogidos prisioneros por los rojos.
El 1 de octubre de 1943, España declaró la neutralidad, y pocos días después llegaba la orden de repatriación escalonada de la División Azul. No obstante, se autorizó por el gobierno de España, una fuerza pequeña de unos 2.500 hombres, denominada la Legión Azul, bajo el mando del Coronel Antonio García Navarro, reclutados de entre los veteranos de la División Azul.
El 15 de diciembre de 1943 la Legión Azul emprende viaje hacia el frente, incorporándose a la 121 División alemana. Releva a los alemanes en una zona próxima a Leningrado. Rechaza todos los intentos de golpe de mano rusos hasta que el 19 de enero de 1944 recibe la orden de evacuar el frente y comienza la retirada junto con los alemanes.
El 1 de febrero de 1944 llega la orden de repatriación de la Legión. Algunos españoles de la Legión Azul se quedaron voluntariamente ofrendando su vida en las mismas puertas de Berlín para parar el avance del ejército rojo.
Al repatriarse todo el contingente español dejan cerca de 5.000 caídos en 162 lugares de enterramiento, otros tantos quedaron en los “gulags” de la URSS que sufrieron las penalidades del cautiverio durante más de 10 años. Los que sobrevivieron, tras dilatadas negociaciones, retornaron a España el 2 de abril de 1954, en el Puerto de Barcelona en el vapor “Semíramis”. Abordo traía a 286 prisioneros así como a otros españoles que estando en Rusia regresaron a la patria.
- LOS HIMNOS DE LA DIVISIÓN AZUL; EL OFICIAL Y EXTRAOFICIAL.
la gloria va
por los caminos del adiós,
que en Rusia están
los camaradas de mi División.
Cielo azul
a la estepa desde España llevaré,
se fundirá la nieve
al avanzar, mi capitán.
Vuelvan por mi
el martillo al taller,
la hoz al trigal.
Brillen al sol
las flechas en el haz
para ti,
que mi vuelta alborozada has de esperar
entre el clamor
del clarín inmortal.
En la distancia queda
gozo del hogar
con aires de campanas,
vuelo de la paz.
Resuenan los tambores;
Europa rompe albores,
aligerando nubes
con nuestro caminar.
Con humo de combate
yo retornaré,
con cantos y paisajes
que de allí traeré.
Avanzando voy;
para un mundo sombrío
llevamos el sol;
avanzando voy
para un cielo vacío
llevamos a Dios.
-Hay tambien un himno extraoficial y el más popular, por ser compuesto en el frente "Es un ángel que va cabalgando" o "primavera" o "nueva cara al sol" que fue una adaptación de la canción "Primavera" de la División Azul con la música de "Katiuska" y su letra es la siguiente:
Es un ángel que va cabalgando,
cabalgando con brío y valor,
va cantando las tristes historias
de una guerra que ya terminó.
Primavera lejos de mi patria,
primavera lejos de mi amor,
primavera sin flores y sin risas,
primavera a orillas del Volkhov.
Y sus aguas, que van al Ladoga,
van cantando esta triste canción,
canción triste de amor y de guerra,
canción triste de guerra y amor.
Cuando, ebrio, avanza el enemigo
y con Vodka ataca sin valor
rasga el aire más fuerte que la metralla
las estrofas de mi Cara al Sol.
"Cara al Sol", canción antigua y nueva,
"Cara al Sol" es el himno mejor,
"Cara al Sol" y es morir peleando,
que la Patria así me lo pidió.
Si en la lucha yo quedara roto
marcharía en la Legión de Honor,
montaría la guardia en los luceros,
formaría junto al mejor
¡Montaría la guardia en los luceros,
formaría junto al mejor!
BALANCE.
En total, unos 47.000 soldados sirvieron en la División Azul en Rusia. Entre 3.500 y 4.500 de ellos encontraron la muerte, y más de 8.000 fueron heridos. 321 fueron hechos prisioneros de guerra por el ejército soviético, los que sobrvivieron fueron repatriados a España en 1956.
A continuación, la relación de caídos de la DA recogidos en la publicación de los dos numeros "Cuadernos de la División Azul".
Aurora Borja, madre de Nemesio García, miembro de la División Azul muerto en combate.
ARCHIVO GENERAL MILITAR DE ÁVILA
En el Archivo General Militar de Ávila está el archivo documental de la División Azul junto a otros archivos como, por ejemplo, el Archivo Histórico de la Campaña, que en 1939 unificó en un solo archivo la documentación militar del Ejército Franquista y del Ejército Republicano.
-CONTACTO:
C/Vallespín, nº 19
05001, Ávila
Tlfno. +34 920 352 521
Fax. + 34920252251
archivomilitaravila@et.mde.es
https://patrimoniocultural.defensa.gob.es/es/centros/archivo-general-avila/colecciones
-El fondo documental de la División Azul abarca un periodo cronológico que va desde 1941 a 1960. Su volumen asciende a 705 cajas que, además de documentación textual, incluyen numerosos planos y fotografías. El fondo se encuentra estructurado respondiendo a los diferentes criterios de clasificación y ordenación de cada momento:
- División Española de Voluntarios I Fechas: 1941-1944. Volumen: 58 cajas aprox.; 907 planos y 332 fotografías. Organizada por el Archivo Central del Servicio Histórico Militar con arreglo a las instrucciones dictadas por el Estado Mayor Central para la documentación de la Guerra Civil. Se estructura en 5 secciones: • Organización • Información • Operaciones • Servicios • Cartografía.
- División Española de Voluntarios II Fechas: 1941-1960. Volumen: 64 cajas aprox. Los documentos se encuentran clasificados y ordenados siguiendo el principio de procedencia. Sus secciones son: • Cuartel General: Jefatura, Estado Mayor, Intervención y Jefatura de Sanidad • Jefatura de Servicios de Retaguardia: hospitales
- Legión Española de Voluntarios Fechas: 1943-1944. Volumen: 1 caja aprox. Se custodia muy poca documentación y la gran mayoría son justificantes de revista de comisario y justificantes mensuales de revista.
- Expedientes personales Volumen: 558 cajas aprox. Individualizados en carpetillas y ordenados alfabéticamente. Se conservan también algunas chapas de identificación personal y condecoraciones.
-PENSIONES
el VEL viernes 26 de octubre de 1973 se reconcen las pensiones a madres de cidos en la Division azul entre otros militares. desapaecidos
HIMNO DE LA DIVISIÓN AZUL
Se compuso como homenaje a los combatientes españoles en Rusia. Interpretada por primera vez un 8 de diciembre de 1941 en el Teatro Calderón de Madrid en un Festival–Homenaje a la División Azul. La letra es de José María Alfaro y Agustín de Foxá, y la música del maestro Juan Tellería. Aparece en "Himnos y Canciones" en 1942.
Con mi canción
la gloria va
por los caminos del adiós,
que en Rusia están
los camaradas de mi División.
Cielo azul
a la estepa desde España llevaré,
se fundirá la nieve
al avanzar, mi capitán.
Vuelvan por mi
el martillo al taller,
la hoz al trigal.
Brillen al sol
las flechas en el haz
para ti,
que mi vuelta alborozada has de esperar
entre el clamor
del clarín inmortal.
En la distancia queda
gozo del hogar
con aires de campanas,
vuelo de la paz.
Resuenan los tambores;
Europa rompe albores,
aligerando nubes
con nuestro caminar.
Con humo de combate
yo retornaré,
con cantos y paisajes
que de allí traeré.
Avanzando voy;
para un mundo sombrío
llevamos el sol;
avanzando voy
para un cielo vacío
llevamos a Dios.
- Los veteranos españoles de la División Azul y de la Legión Azul portaban en el uniforme español el emblema de la bandera de españa en su brazo derecho así como podian portar las medallas alemanas obtenidas en aquella campaña. Muchos militares portaron años depsues dicha insiginia en sus uniformes reglamentarios a pesar de que no estaba regulado oficialmente.
Documentos gráficos.
- Ruíz Fernández, Valeriano.
Meruelo, Cantabria, 6/V/1918- San Mamés de Meruelo, (Cantabria)10/XI/2011.
El 18 de julio de 1936, tenía 18 años y era secretario de las Juventudes Católicas de Meruelo y fundador de Falange Española en el pueblo.
Tras el alzamiento militar contra el Gobierno de la República, Cantabria quedó dentro de la zona republicana y fue encarcelado. Dos meses después le pusieron en libertad. Pero el 17 de octubre le metieron en la Prisión Provincial de Santander, en el barco-prisión Alfonso Pérez habilitado como cárcel para unos 900 presos derechistas procedentes de toda la región en el que murieron 154 prisioneros.Mas tarde fue trasladado a El Dueso, donde estuvo unos nueve meses hasta la liberación del penal, el 26 de agosto de 1937.
Valeriano se incorporó a la lucha con las tropas nacionales, como recluta del Batallón de Arapiles, al frente de Guadalajara, donde Franco estaba reuniendo tropas para avanzar sobre Madrid.
Más tarde, fue trasladado al frente de Teruel. Después de la recuperación de Teruel, participó en el frente de Aragón, en 1938. En abril, su regimiento tomó parte en el corte del Mediterráneo, conseguido en Vinaroz (Castellón).
A Valeriano le llegó la noticia del final de la contienda en Albolote, un pueblo cercano a Granada, donde ocuparon Las Pedrizas, una sierra muy rocosa. Allí sucedió uno de los hechos más curiosos de su guerra y que recuerda con una sonrisa: un día, desde la trinchera ocupada por los rojos, les ofrecieron jugar un partido de fútbol. «Los comisarios políticos republicanos y mis sargentos primeros se reunieron sin armas, en una zona neutral. El primer tiempo lo pitó un alférez nuestro y el segundo lo arbitró un comisario político. Terminó el partido 1-1. Cuando se despedieron alguien dijo: 'Vamos señores, esto se ha acabado, ahora el que asome la cabeza se la volamos'».
En 1941, se ofreció voluntario en la División Azul. La Segunda Guerra Mundial comenzó para él en Puschkin, una ciudad de unos 30.000 habitantes al sur de Leningrado. Fue destinado al primer batallón del Regimiento 263, 3ª compañía, con la graduación de sargento.
Una noche los soviéticos atacaron su trinchera mientras dormían y apuñalaron silenciosamente a uno de los centinelas. Los voluntarios españoles contraatacaron muriendo su alférez Lluch. En esta acción militar Valeriano Ruiz tuvo un comportamiento heroico y fue propuesto para la Cruz de Hierro alemana, que al final no le otorgaron porque había tenido lugar sin el consentimiento de sus superiores. Sí le concedieron dos medallas alemanas que conserva enmarcadas en su casa entre otras muchas condecoraciones españolas, así como un certificado reconociendo su entrega y valor.
En 1943 se retiró la División Azul emprendiendo un penoso regreso a España. En su retirada sufrieron un bombardeo de la aviación aliada en la ciudad alemana de Hof.
En vísperas de la Navidad de 1943 logró reunirse con su familia en Santander. y vivió sus ultios días en su Villa San Roque, en San Mamés de Meruelo, con su mujer, junto a los recuerdos que marcaron su niñez y su juventud, y con las medallas que le reconocen su participación en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial.
CABALLERO DE LA REAL Y MILITAR ORDEN DE SAN HERMENEGILDO.
- Martínez Tessier, Jesús.
Valladolid,1914- Madrid, 9/V/1995
Inició sus trabajos periodísticos en la agencia Febus (1934-1935) y en la delegación de La Vanguardia en Madrid (1935-1936).
A partir de 1936 luchó en el bando republicano durante la contienda civil con la división del Campesino y participó en la Batalla del Ebro. Terminó la contienda en Cataluña y la victoria de los nacionales le llevó al campo de concentración de Miranda de Ebro. Luego, tuvo que hacer la mili en África.
En el año 1941 Jesús es taquígrafo del periódico de la falange 'Arriba', y sus directores decidieron que toda la redacción tenía que apuntarse a la División Azul pero al final fueron cuatro: dos que habían luchado en el bando republicano, otro sospechoso que estaba sometido a un expediente de depuración y un cuarto, fundador de Falange.
Tras la contienda participó en la División Azul, era una guerra mucho más fuerte que la que habían tenido antes los españoles. Su hijo Jorge M. Reverte, ha rescató las vivencias de estos soldados en su libro 'La División Azul (1941-1944)' . «La acción de estos hombres estaba dentro de las órdenes que diera Hitler y entre ellas estaba la de matar a los prisioneros que se consideraran mínimamente sospechosos de ser guerrilleros. Allí no había Convención de La Haya. Y ellos tenían esos mismos mandatos, algo que los jefes de la División Azul quisieron borrar». Silencio y dejar pasar, de nuevo el síndrome.A su padre no le hacía ninguna gracia ver a sus hijos vestidos de uniforme en los campamentos del Régimen ni soportaba el frío.
Un vez en la vida civil, llegó a ser redactor jefe (1965-1976), jefe del gabinete de estudios (1969) y director de Efe Internacional, impulsando la expansión de la agencia Efe en Hispanoamerica.
Fue el primer delegado en Buenos Aires y gerente para toda la zona, desde donde organizó la red de delegaciones y corresponsales. Obtuvo el Premio Rodríguez Santamaría en 1980.
Mena Díaz, Francisco
(12/III/1913 Fuensanta (Jaén) -2009 Alicante)
Francisco Mena estudiaba Medidican en 1936 cuando se alista voluntario en el ejercito el 22 de julio.
El 13 de agosto de 1937 es promovido alférez.
En 1941 es promovido a teniente.
El teniente de infantería Francisco Mena Díaz cruzó la frontera de Irún el 21 noviembre 1942 con el 18º Bón. de Marcha, siendo destinado al Rgto. 263. No consta la Compañía. Es ascendido a Capitán. No consta fecha.
El 12 septiembre 1943 se le concede la Cruz de Hierro de 2ª clase.
El 19 noviembre 1943 cruza la frontera con el 21º Bón. de Relevo.Sirvió en la 1ª Cía.
Paso a la reserva en 1979 con el grado de Coronel.
Prestó servicio en el Sidi Ifni ya como comandante, siemndo considerado como un experto en relaciones con los indígenas.
Falleció a finales de 2009 en Alicante.
Montero Álvarez, José Antonio
(Pajares del Puerto, noviembre de 1913- )
José Antonio Montero Álvarez vive en Gijón y es quizá el único superviviente asturiano de cuantos participaron en la División Azul, el grupo de combatientes españoles que durante la II Guerra Mundial fue hasta la Unión Soviética para luchar contra el comunismo desde el bando de la Alemania nazi. Hijo de un ferroviario muy religioso, como él, con numerosísima prole; telegrafista de profesión y padre, a su vez, de una amplia familia, fue herido cuatro veces -dos de ellas de extrema gravedad- mantiene una memoria y una vitalidad prodigiosas y habla de sucesos terribles con una objetividad y humanidad dignas del mayor elogio.
Montero nació en noviembre de 1913 «en Pajares del Puerto» en una familia con quince hijos. Era el séptimo, y a dia de hoy solo queda él. La madre «muy luchadora», hija de un labrador rico y al tiempo, capataz de peones camineros.
En la revolución de octubre del 34 en Asturias cayó una bomba en la casa familiar que le alcanzó. Acabó en un sanatorio donde le sacaron un puñado de trozos de metralla.
En la fase previa a la guerra civil él y sus hermanos se asociaron a la Falange. Y al estallar la guerra civil se fue con dos hermanos al cuartel del Milán para alistarse en la compañía del capitán Janáriz. Cayó herido en la posición de Pando, cerca de Fitoria, donde, entonces, había un túnel de la Renfe.
El 21 de febrero de 1936, en el clímax de los ataques sobre Oviedo, resultó herido muy grave por la detonacion de una bomba. Restablecido, los tres hermanos ingresaron en una academia militar de Jerez, confiada a profesores alemanes.
Tras la guerra civil le destinaron a aviación, a una bandera paracaidista, y comenzó la segunda Guerra Mundial, solicitó incorporarse a la División Azul y a los dos días me llamaron.
En Alemania les cambiaron los uniformes y de cabeza al frente del río Voljov, ya en Rusia. Y después, a los arrabales de Leningrado. Allí se libró «la batalla más dura de la División Azul. Había una cantidad de bajas enormes. Un infierno, nevadas terribles con temperaturas de hasta 40 grados bajo cero. Se me congeló la nariz, las pasé moradas. Un centinela que no puso bien el gorro fue a cogerse una oreja y se quedó con ella en la mano, completamente helada. Caí herido muy grave, me daban por muerto».
Le recogieron los servicios sanitarios «que tenían tanques ambulancia en primera línea, con sangre, médicos y enfermeras. Allí mismo me hicieron una transfusión si no la palmo en unos minutos. Está muy pálido, ponle sangre, oí decir. Me dieron dos litros. Los alemanes eran el no va más de la organización. Total, estuve seis meses en la División Azul, manejando cañones antitanque y ametralladoras. Los rusos son muy valientes y buenos combatientes. Avanzaban como hormigas pegados a sus tanques pero, la verdad, iban borrachos como cubas. Una vez les cogimos muchas cantimploras con vodka y estuvimos no se cuantos días bebiendo. Perdí fotografías y de todo cuando me evacuaron herido».
En la retaguardia, más transfusiones «y al mes, como tenía una importante mutilación con un coeficiente del 50 por ciento, con una pierna y un brazo afectados y todavía con metralla dentro, me evacuaron a España. Primero, Vitoria y después a Madrid. Me sacaron cuatro trozos de hierro y me dejaron otro cerca del corazón, en un sitio muy peligroso. Me arreglaron un brazo, me pusieron nuevo pero con un año de convalecencia».
El 12 de octubre de 1944, contrajo matrimonio en Oviedo con Mercedes Fano Menéndez, con la que tuvo 7 hijos
Tras los conflictos, Montero continuó carrera militar en la «tercera región aérea, bandera de paracaidistas», en Valencia, alcanzando el grado de capitán. Regresó a la vida civil, como funcionario del cuerpo de Correos y Telégrafos, y fue designado como jefe de Telégrafos de Luanco del que se jubiló ya en 1978.
Gijón, donde vive, fue su siguiente y último destino laboral. La etapa en Oviedo hace que, en temas futbolísticos, su corazón sea más azul que rojiblanco, «aunque el Sporting también me gusta». Y es que, aunque la mayoría de los recuerdos que José Antonio Montero cita se refieren a la guerra, tal vez porque los vincula al homenaje que le están preparando, más de 103 años de vida dan para mucho. Al parecer, no solo las batallas pudieron haberle costado la piel a José Antonio, quien señala que casi recién nacido en la estación de Pajares, donde su padre trabajaba de ferroviario, sufrió un accidente cuando lo llevaban, en una carreta, a la pila bautismal. La nieve debió de ser la causa del vuelco de la carreta y el bebé acabó entre la nieve, aunque ileso.
José Antonio Montero comenta que se alistó en la División Azul «porque un militar sin guerra es un obrero parado; porque los alemanes nos ayudaron en la guerra, se portaron muy bien y había que corresponder; y además porque estaba hasta el gorro de oír que Rusia era un país donde se vivía muy bien y quería verlo. En buena hora lo dije. Me tocó tomar los sitios más difíciles y pobres, con gente de lo más buena que vivía fatal. Tenían encima al comisario político, siempre con dos pistolas, que los maltrataba. No había higiene, las casas apenas con una estufa. Dormían vestidos. Terrible».
Se le reconoció el status de "mutilado permanente". Solicitó un puesto en telégrafos que se cubrían con militares siendo destinado a Luanco. Cuando se jubiló, se fue a vivir a Gijón.
Por su participación en la División Azul, en el 18º Batallón, cobra una pensión de Alemania. Tras perder la guerra dejaron de pagarnos pero volvió la paga a los tres años y con los atrasos. El gobierno de España y de Alemania se pusieron de acuerdo para unirlas y que pagase la mitad cada uno. En tiempos de gobierno socialista España dejo de hacerlo, sin embargo, Alemania continua pagándole 175 euros mensuales. por lo que tiene de ingresos la media pensión alemana, la pensión de telecomunicaciones y la del empleo como militar.
Castro Villacañas, Demetrio.
(Huete, Cuenca, 1919- Huete, Cuenca 5/IV/2014)
Se alistó como voluntario en la División Azul en 1941.
Pasó en Rusia cuatro años; dos de ellos como soldado en el cuartel general (1941-1943) y otros dos como director del periódico: “La Hoja de Campaña” en Riga y Griovöro.
Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y periodista titulado por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid.
Delegado del ministerio de Información y Turismo.
Corresponsal en Roma.
Simultaneó su actividad en el diario ARRIBA del que fue fundador y redactor jefe, con emisiones en Radio Intercontinental y Radio Nacional.
Entre sus publicaciones como escritor destaca “Elegía a los muertos lejanos” en homenaje a los caídos de La División Azul.
Teigell Cea, Luis.
Chinchilla del Monte Aragón, Albacete, 21/X/1920- Madrid, 4/VI/2009
Luis Teigell Cea nació en Chinchilla del Monte Aragón, Albacete, el 21 de octubre de 1920. De familia numerosa, 10 hermanos, su padre fue médico forense. Estudió el Bachillerato en el propio Chinchilla.
A los 15 años ingresó en Falange Española. A los 18 años fue movilizado por los rojos, encuadrado en una Brigada de El Campesino. Estuvo a punto de ser fusilado al intentar pasarse a Zona Nacional en Zalamea de la Serena.
Al finalizar la guerra civil acabó el Bachillerato y estudió Medicina en Valencia.
Se alistó Voluntario a la División Azul y estuvo casi dos años en el Frente ruso.
En 1944, en la Academia de Mandos “José Antonio” fue Oficial Instructor del Frente de Juventudes.
Tuvo distintos puestos de Servicio en el Frente de Juventudes.
Estuvo destinado en Hospitalet, Barcelona. Fue Jefe del Sindicato Español Universitario, SEU de Madrid, durante cinco años.
Destacar que fue Ayudante de Patología Médica. Posteriormente se marchó a Guinea Española, después de ganar la oposición de Médico del Servicio Sanitario Colonial. Fue Director de la Leprosería de Mikomeseng durante 8 años.
Fue Jefe de la Guardia Médica del Generalísimo Francisco Franco. Estando éste muy enfermo, cierta vez que lo llevaba cogido en brazos, comentó que era como llevar a España. Trató al Caudillo en su última enfermedad y anunció su muerte.
De voz vigorosa, como su físico, memoria portentosa, verbo fácil y vibrante, orador de bellas metáforas y elevados pensamientos, fue fiel a sus ideales falangistas hasta el fin y admirador sincero y seguidor de José Antonio Primo de Rivera y del Caudillo de España, Francisco Franco.
Intervino en muchos actos conmemorativos de la Cruzada Nacional de Liberación y de la División Azul. El 20-N, en el acto de la Plaza de Oriente, recitaba de memoria la “Oración de los Caídos” de Rafael Sánchez Mazas.
Falleció en Madrid, el 4 de junio de 2009, a los 88 años de edad. Sus cenizas fueron depositadas en el Panteón de Caídos de la División Azul, del Cementerio de La Almudena de Madrid.
de Orive Alonso, María Cristina
Madrid, 14-X-1919 - Madrid, 1-VIII-2012
Enfermera de la División Azul
En junio de 1941 era una de las pocas mujeres estudiantes de medicina, en la Universidad Central. Se alistó de inmediato a la recién creada División Española de Voluntarios. Como ella misma decía lo hizo porque era falangista, porque tenía que ir a acompañar a sus compañeros de pupitre que dejaron las aulas para combatir el comunismo. Habiendo poco antes revalidado su título de enfermera de Falange con el de Sanidad Militar, fue seleccionada en la primera expedición. El mando quería un equilibrio y las enfermeras de la Sección Femenina tenían que estar acompañadas (y dirigidas) por un número similar de enfermeras Sanidad Militar. Salieron para el frente el 23 de agosto de 1941 en una nutrida expedición integrada por unas 60 enfermeras, varios médicos y sanitarios y tres capellanes castrenses que debían incorporarse al frente. En Grafenwöhr (Alemania), tras una misa de campaña oficiada por el Páter más antiguo que iba en la expedición, ella y sus compañeras juraron fidelidad al Führer y se aprestaron a marchar a Rusia.
Pasaron por la Polonia ocupada –causaron sensación en Varsovia aquellas morenas enfermeras- y fueron enviadas, inicialmente, al Grupo de Ejércitos Centro en pos de la División Azul. A mediados de Septiembre del 41 llegaron a Smolensko, en plena Rusia soviética. Allí estuvieron trabajando en hospitales alemanes después de una visita que hicieron al General Von Kluge. Aclimatadas al medio militar y sanitario alemán, el mando las envió hacia el norte, a Porchov, en la retaguardia lejana de la División Azul, donde se había instalado un hospital español.
Las enfermeras, entre las que se incluían damas auxiliares de sanidad militar, cuerpo creado por Mercedes Milà —familia de los populares periodistas—, y componentes de la sección femenina de Falange, se instalaron al llegar a la Unión Soviética en hospitales militares donde atendieron como pudieron la avalancha de heridos y congelados (para ellos había “puestos de calentamiento”) que como una doliente riada sin fin provenía del frente. Vestían uniforme militar —diseñado por Balenciaga—. Ser enfermera en aquella despiadada guerra no era ninguna bicoca. Ambos bandos ignoraban las convenciones y liquidaban sin escrúpulo alguno al personal sanitario cuando se presentaba la ocasión. Mi tío abuelo, alférez divisionario, me explicó en cierta ocasión el episodio en que una unidad rusa se infiltró tras sus líneas y aniquiló un hospital de campaña hasta el último miembro, incluidos los heridos, cosa que ellos les hicieron pagar a los rusos atacando sin cuartel una posición enemiga al arma blanca.
El trabajo allí fue muy duro porque el hospital se vio desbordado ante la avalancha de heridos y enfermos provocados por las operaciones de la Cabeza de Puente del Volchov en noviembre-diciembre del 41. En el mes de enero la ofensiva rusa se acercó peligrosamente a Porchov y se decidió clausurar el hospital español para evitar un posible copo. Mª Cristina de Orive y el resto de sus compañeras fueron trasladadas a los países Bálticos y el Reich. Ella fue a Königsberg, en la Prusia Oriental, donde se acababa de abrir un magnífico hospital para la División Azul. Los siguientes meses, hasta el verano del 42, prestó allí sus servicios.
Una vez en Madrid, retomó la carrera de medicina. Tras licenciarse, se casó con Agustín Payno Mendicouagüe, “Camisa Vieja”, compañero de estudios y divisionario ya que sirvió como sanitario en el Grupo de Antitanques. A partir de su boda se dedicó a su familia. Agustín era médico traumatólogoque que había servido de sargento-médico en la 1ª Compañía de Antitanques de la división y fue incluso autor de la música de varias canciones como Gibraltar, Gibraltar, cubre tu pecho —de medallas, imagino— o el himno de su propia unidad. y tuvieron 9 hijos.
Años más tarde, Mª Cristina se dedicó a echar una mano en una guardería parroquial de manera altruista en la zona de San Blas. Enviudó en 1974 y entró a trabajar como médico pediatra en la Seguridad Social. Grandísima lectora, aficionada a las plantas y a la fotografía, colaboradora de la parroquia de su barrio de San Blas.