-Hermandades de la División Azul.

Al finalizar la guerra los veteranos españoles que sirvieron en el ejército alemán, mantenían contacto a través de las "Hermandades de la División Azul" que eran agrupaciones surgidas para ayudarse entres veteranos, única forma que es permitida por el Estado Español, es decir, por medio de las “Hermandades” , sistema que aglutinará a los trabajadores, profesionales, labradores y ganaderos, excombatientes, etc. , etc., pues para todos los grupos que se autorizan, se van creando “Hermandades”. De esta forma, nacerá la “Hermandad Provincial de la División Azul”, que ve aprobados sus estatutos el 2 de noviembre de 1958, y desde ese principio, ya se planteaba la creación de un Boletín que sirviera de forma de contacto entre los antiguos combatientes, pero sobre todo fuera un órgano a través del cual se dieran a conocer peticiones y necesidades de sus afiliados. Por lo cual, en el mes de diciembre de 1958, impreso en los talleres del Legado Sahún de la Imprenta Provincial de Huesca, en tamaño cuarto, con 12 páginas a plana y dos columnas, tras la preceptiva censura y con Depósito Legal HU-36-1958, veía la luz la “Hoja de Campaña”, que era tomado en recuerdo de aquella que en las estepas rusas, y durante la contienda, les había hecho no sólo de “Orden del Día”, sino de vínculo y recuerdo de su madre patria.

Se estructuraba su contenido con un “Editorial” que cubría la primera, “Efemérides” en la segunda, una sección que recordaba algunos momentos pasados, “Palabra de Dios” en la tercera de sus páginas para llevar al lector con pequeños comentarios a la reflexión cristiana; las siguientes páginas, cuarta y quinta estaban dedicadas a la información de las actividades de la “Hermandad “ a nivel nacional, y la sexta recogía las actividades provinciales, la séptima como “Apostilla lógica”, recogía artículos de fondo y la octava daba las “Cuentas de Tesorería”, “Anécdotas de la División” presentaba momentos anecdóticos con el mero fin de mantener el recuerdo vivo, “Lo que el soldado no vio” era otra sección que ocupando la página diez narraba a los excombatientes sucesos y momentos que ellos por estar en el frente no vieron como ocurrían, por último se cerraba este boletín con la página once dedicada a “Carta abierta”, espacio al que podían acceder contando sus problemas, necesidades o simplemente opiniones, más la doceava dedicada al “Humor”. Sólo nos resta decir que con su precaria economía y con un mínimo sustento de cuotas que eran aplicadas en ayuda del compañero necesitado, esta publicación fue posible porque sus páginas eran sufragadas por Maderas Arrudi de Sabiñánigo, Chocolates Cabrero e Hijos, un Representante de vinos de Jerez, un anónimo industrial de Barbastro, Panificadora Jesús Porta, Supermax y algunos otros que de forma intermitente entregaban su ayuda.

A través de su número cuatro que se corresponde al mes de marzo de 1959 es fácil comprobar la gran actividad desarrollada, al abarcar desde los actos en memoria de los compañeros que perdieron, la gestión de Crédito laboral para los compañeros que desean establecerse, las ayudas circunstanciales, que incluyen desde ayudas y recolecta para una operación, a la búsqueda de piso para el compañero que llega de otra provincia, el óbolo anónimo para el necesitado, etc., siendo además desde sus primeros pasos una auténtica obsesión, el planteamiento de la reivindicación de unas pensiones de guerra alemanas para los compañeros mutilados y para las familias de los caídos, siendo en este tema donde volcaban sus esfuerzos. Pero como no todo podía ser perfecto, surgieron unos cuantos excombatientes que acostumbrados a ese ir y venir, decidieron hacer “turismo” a costa del compañerismo, replicándoles desde “Hoja de Campaña” con gran dureza en un artículo que entre otras cosas viene a decir que: “Un número pequeño por fortuna, de antiguos combatientes en Rusia ha sido suficiente para crear este clima. Desplazados en la vida pacífica e inadaptados para el ejercicio laboral, por causas que no son de analizar en el momento presente, bien provistos de papeles acreditando sus servicios de armas, decidieron al agotar sus recursos económicos “vivir su vida”, en continua holganza disfrazada de paro forzoso; consumiendo para su subsistencia pequeños socorros arañados en las cajas de nuestras asociaciones, practicando además con billetes de ferrocarril de favor un ininterrumpido turismo. El mal que han acarreado al prestigio de nuestra condición ha sido notorio”. Siguiendo con frases muy duras, pues efectivamente desprestigiaban lo que había sido su gran “unidad azul”.

Con periodicidad mensual, a pesar de los problemas económicos de aquellas fechas, contando solamente con muy pocos benefactores, van saliendo sus números, que tienen un costo de 692 pesetas (pago factura hoja nº 5 a la Imprenta Provincial ) en los que se encuentran pequeños retazos de historia, pero también análisis de porqué se produjeron. Plantea a comienzos del año 1960 al objeto de conmemorar la fecha del 10 de febrero que avala uno de los hechos más importantes de la División, un Concurso Literario que se verá altamente concurrido con interesantes relatos cortos que irá publicando en sucesivos números, ampliándolo en 1961 a Literario y Fotográfico. Durante el año 1962 se acogerá en sus páginas las lecciones de Lengua Rusa, además de la narración de “10 años de cautiverio” por Julio Jiménez Gómez, que aacaba de ser repatriado a Huesca, o un interesante análisis que sobre “La División Azul y su mensaje”, realizará Lorenzo Celada Ibáñez. Como otras muchas publicaciones periódicas cesaría con la llegada de otros aires y con la llamada que a sus componentes les fueron haciendo desde ese “azúl etéreo” los antiguos compañeros que les precedieron.

Un repaso a sus páginas puede servir para conocer mejor esa etapa de la historia, esa intervención española en la Segunda Guerra Mundial , pero sobre todo, para conocer como su creación y su entrega evitaron la entrada de España en el conflicto.